En un recipiente grande, pon la carne de puerco y cúbrela con el vinagre, espolvorea con la sal y revuelve. Tapa el recipiente y deja que repose durante una hora en el refrigerador.
En un comal o sartén precalentado a fuego medio, tuesta los chiles de árbol y guajillos durante un minuto por lado, hasta que estén tostados y su textura y color hayan cambiado, pero no dejes que se quemen; aparta. En el mismo comal o sartén, tuesta los clavos sin tallo, las semillas de comino y ajonjolí, el orégano y el tomillo durante un minuto nada más, moviéndolos constantemente para que no se quemen. Si vas a usar el pedazo de canela, tuéstalo durante uno o dos minutos.
En un sartén mediano, pon los chiles tostados, los dientes de ajo y el jengibre y cúbrelos con agua. Deja que hiervan a fuego medio-alto y cocina hasta que estén rehidratados.
En la jarra de la licuadora, pon los chiles rehidratados, el ajo y el jengibre cocidos y una taza del agua de cocción. Agrega los clavos, las semillas de comino y ajonjolí, el orégano, el tomillo y el pedazo de canela (o canela en polvo) tostados, el chocolate rallado y la pimienta molida y licua todo hasta que tengas un puré muy suave. Deja que se enfríe a temperatura ambiente y luego cubre la carne de puerco con esta mezcla y marina en el refrigerador de 24 a 48 horas.
Cuando vayas a preparar la carne, precalienta el horno a 190°C. Saca la carne de puerco del refrigerador. Cuando el horno esté caliente, pon el puerco en un refractario para hornear, cúbrelo con papel aluminio y rostiza durante 2 horas.
Quítale el papel aluminio y deja que la carne se cocine durante 30 minutos más. Debe quedar muy suave y casi deshaciéndose cuando la desmenuces con un tenedor. Sirve la carne en lonches o tortas o prepara tacos con tortillas de maíz suaves.