Para la salsa:
En una olla grande, calienta el aceite a fuego medio. Agrega la cebolla y acitrónala, revolviendo ocasionalmente, durante unos 6 minutos. Agrega el ajo y cocina hasta que suelte el aroma, de 30 segundos a 1 minuto. Añade el puré de tomate, el orégano, la hoja de laurel y la sal y cocina durante 10 minutos, revolviendo ocasionalmente, hasta que la salsa se espese y tenga un color más oscuro. Retira del fuego y saca la hoja de laurel.
Para las tortillas:
Cubre un platón o charola para hornear con varias capas de servilletas de papel. Vierte el aceite (1 taza) en un sartén de 25 cm para tener 1 cm de aceite y caliéntalo a fuego medio-alto de 2 a 3 minutos, hasta que esté caliente, pero no salga humo. Pasa cada una de las tortillas por el aceite de 10 a 15 segundos por lado; esto las hará maleables y resistirán la salsa. Al principio, parecerá que la tortilla se hace más suave, pero luego se dorará un poco y su color será más oscuro. Escurre las tortillas doradas en las servilletas de papel.
Para armar la cazuela:
Extiende 1/3 de la salsa de tomate en el fondo de un refractario de 23x33 cm o su equivalente. Cubre el fondo con la mitad del pollo cocido, la mitad del elote, la mitad de los poblanos y 1/3 de la crema y el queso. Pon la mitad de las tortillas encima, cortándolas en pedazos grandes si es necesario para crear una capa uniforme, pero sin encimarlas. Repite el proceso con 1/3 de la salsa de tomate, el resto del pollo cocido, el elote y las rajas y 1/3 de la crema y el queso. Pon otra capa de tortillas, el tercio restante de la salsa y el resto de la crema y el queso.
Cuando lo vayas a hornear, precalienta el horno a 190 C. Cubre el refractario con una tapa o aluminio. Hornea durante 25 minutos, luego retira la tapa o el aluminio y hornea durante 15 minutos más o hasta que el queso encima se haya derretido y burbujee. Sirve la cazuela caliente.
NOTAS: Para hacer las rajas, tatema o rostiza los chiles; ya sea en el horno o directamente en un asador o sartén caliente. Rostízalos de 6 a 9 minutos, volteándolos cada 3 o 4 minutos, hasta que estén tatemados y ampollados, pero no quemados. Ponlos de inmediato en una bolsa de plástico, ciérrala bien y cúbrela con una toalla de cocina; esto facilitará pelarlos. Uno por uno, saca los chiles de la bolsa, quítales la piel y enjuágalos con agua. Corta el tallo y abre cada chile por la mitad. Quítales y tira las semillas, y luego corta los chiles en rajas o tiras de 1 cm de ancho y 3 cm de largo.
El elote congelado hará muy aguado el platillo si no se descongela y cuece antes para quitarle la humedad. Primero, descongela el elote completamente. Caliente un sartén grande a fuego medio-alto. Agrega 1 cucharadita de mantequilla sin sal; cuando se derrita, añade el elote y cocina durante 2 minutos, revolviendo con frecuencia.