Calienta un sartén mediano a fuego medio-bajo. Añade las pepitas para tostarlas, hasta que empiecen a tronar y se oscurezcan, de 3 a 4 minutos. Pasa las pepitas a un recipiente, raspando el sartén para sacarlas todas y deja enfriar.
Usa 1/2 cucharadita de mantequilla para engrasar una charola para hornear con borde, de 15x25 cm.
En una olla mediana a fuego medio-bajo, combina el agua, el azúcar, el piloncillo y el jarabe de maíz. Revuelve con una cuchara de madera hasta que se disuelva el azúcar. Después de unos 15 minutos, la mezcla tendrá una consistencia de jarabe muy espeso y estará burbujeando activamente. Revisa con un termómetro para cocina que la mezcla llegue a 143 C, pero que no pase de 150 C o que el azúcar esté “a punto de bola” y apaga el fuego.
Ahora tendrás que hacer rápidamente lo siguiente: engrasa una espátula con aceite vegetal. Retira la olla del fuego, añade el bicarbonato de sodio, la mantequilla restante y las pepitas y revuelve todo lo más rápido que puedas. La mezcla estará burbujeando por unos segundos. Revuelve bien y Extiende la mezcla en la charola para hornear, ya que se endurece muy rápido. Extiende bien con la espátula engrasada hasta que tenga un espesor de 1/2 cm. Espolvorea con sal encima si lo deseas.
Deja enfriar de 20 a 25 minutos y corta en pedazos. Si quieres cortar la palanqueta en trozos cuadrados o rectangulares, usa un cuchillo húmedo para cortarla unos minutos después de verterla en la charola antes de que se endurezca por completo. Deja que se enfríe más, se seque y se endurezca.
La palanqueta durará un mes bien tapada.