Asa los jitomates, el ajo, la cebolla y el chile en un comal o parilla caliente durante unos 9 ó 10 minutos, volteándolos según se vaya chamuscando la piel. La piel de los tomates parecerá quemada por fuera y los jugos empezarán salirse, la cebolla y el chile se suavizarán y la piel del ajo se quemará, pero estará suave por dentro.
Quita la piel del ajo y deshecha. Licúa con los jitomates, la cebolla, el chile y la sal.
En un sartén grande a fuego medio, añade alrededor de 1 cm de aceite y calienta por unos 3 ó 4 minutos. Pasa cada tortilla por el aceite (una a la vez), durante 15 segundos por cada lado, para que se suavicen y las puedas doblar sin romperlas. Escurre el exceso de aceite poniéndolas en un plato con toallas de papel. También las puedes calentar sin aceite en un comal caliente durante unos 20 segundos por lado.
Pasa las tortillas por la salsa. Dóblalas y cúbrelas con más salsa. Ponles crema encima y espolvoréalas encima con queso cotija y cebolla picada.