En una olla grande y extendida, calienta a fuego medio-alto 1/2 taza de manteca, aceite o manteca vegetal. Ya que esté caliente, añade los chiles de 2 ó 3 a la vez y ásalos, revolviendo frecuentemente, y no dejar que se quemen. Retira los chiles con una cuchara con ranuras y ponlos en un recipiente según van saliendo.
En el mismo aceite, acitrona la cebolla y el ajo y de 2 a 3 minutos hasta que suelten el aroma. Agrega las almendras, los cacahuates, las pasas y las pepitas, y cocínalos de 2 a 3 minutos.
Agrega el ajonjolí, los clavos sin tallo, las semillas de anís, las semillas de cilantro, la pimienta negra, la canela, la pimienta gorda molida, el tomillo y la mejorana. Revuelve frecuentemente, y cocina todo de 3 a 4 minutos más. Haz lugar en la olla, y añade los pedazos de tortilla y pan junto con los tomates verdes y los jitomates. Cocina todo por un par de minutos.
Agrega los chiles asados y vierte el caldo de pollo. Revuelve una vez y cuando empiece a hervir, agrega los pedazos de chocolates y la sal. Revuelve bien y hierve de 12 a 15 minutos más. Apaga el fuego, tapa y deja reposar la mezcla por 1/2 hora, para que los chiles se puedan suavizar.
En partes, pon los ingredientes en la licuadora o procesadora y procesa hasta obtener una salsa tersa. Puedes guardar el mole, tapado, hasta por un mes o congelarlo hasta por un año.
Cuando lo vayas a servir, diluye una taza de mole con 1/2 taza de caldo de pollo en una olla y hierve durante 2 o 3 minutos. Viértelo sobre pollo o pavo cocido y luego espolvorea con semillas tostadas encima.