Pon la rejilla del horno en el tercio inferior y precalienta a 163°C. Engrasa el fondo de un molde con forma de corona o bundt (con capacidad para 10 tazas de líquido) con una cantidad generosa de mantequilla. Luego, enharina el molde y sacude el exceso.
En un recipiente mediano, mezcla la harina con el polvo para hornear. Aparta.
En la jarra de la licuadora, mezcla 1 1/2 tazas de queso Edam rallado, 1 taza de leche condensada y el agua. Licua todo hasta que se muela por completo.
En el tazón de la batidora con el aditamento de pala, bate la mantequilla a velocidad media hasta que se suavice. Agrega el azúcar y sigue batiendo hasta que esté cremosa y muy suave. Reduce la velocidad y agrega los huevos uno por uno.
En 3 o 4 partes, incorpora alternando la mezcla de harina y la de leche condensada hasta que estén bien mezcladas. Vierte la mezcla rotando el molde ya preparado para que la mezcla se asiente.
Hornea el panqué de 55 minutos a 1 hora, o hasta que la superficie esté dorada y un palillo salga húmedo, no mojado, al introducirlo en el panqué. Sácalo del horno y deja que se enfríe por completo.
Mientras, prepara el glaseado. Pon la mantequilla suavizada en un recipiente mediano. Agrega 1/3 de taza de leche condensada, la cucharadita de vainilla, el azúcar glass y mezcla todo con una espátula de plástico.
Pasa la punta de un cuchillo sin filo alrededor del molde para aflojar el panqué. Voltéalo a un platón. Vierte el glaseado encima e inmediatamente espolvorea la 1/2 taza restante del queso rallado finamente.