Pon la rejilla del horno en medio y precalienta a 177 C. Engrasa y enharina dos moldes para hornear de 23x33 cm.
En un recipiente grande, bate las yemas de huevo hasta que estén cremosas, espesas y de color amarillo fuerte. Agrega el aceite, 1/4 de taza de la leche entera y la vainilla y sigue batiendo hasta incorporar todo. En otro recipiente, mezcla la harina, el polvo para hornear, el bicarbonato de sodio y la sal.
En otro recipiente grande, con una batidora o globo para batir, bate las claras de huevo hasta que se formen ondas suaves. Agrega el azúcar y sigue batiendo hasta que se formen ondas más firmes. Por turnos y con una espátula de hule, agrega con cuidado la mezcla de harina y las claras batidas a la mezcla de yemas hasta que todo quede incorporado. Pasa la mezcla, raspando el recipiente para sacar todo, a los dos moldes para hornear que ya preparaste.
Hornea de 22 a 24 minutos hasta que un palillo insertado en medio del pastel salga húmedo, no mojado. Saca los pasteles del horno y deja que se enfríen.
Mientras, prepara la mezcla de leches agregando la leche condensada, la leche evaporada y la taza restante de la leche entera. Mezcla bien las leches con un globo para batir.
Cuando los pasteles se hayan enfriado y estén a temperatura ambiente, haz hoyos en ambos pasteles con un palillo o tenedor. Vierte la mitad de la mezcla de leches en uno de los pasteles. Deja que el pastel absorba bien la leche durante al menos 10 minutos.
Extiende la cajeta o dulce de leche encima del pastel húmedo y acomoda las ciruelas y los chabacanos rebanados. Luego, coloca encima el segundo pastel. Vierte el resto de la mezcla de leches encima del segundo pastel y deja que se absorba bien. Cubre el pastel completo con papel auto-adherente y refrigéralo hasta que lo vayas a servir.
Cuando se lo vayan a comer, bate la crema espesa con el azúcar glass hasta que se formen ondas muy firmes. Cubre el pastel con el betún de crema batida y sirve.