- Llena una olla o cazuela grande hasta un poco menos de la mitad con aceite. Calienta a fuego medio hasta que llegue a 160°C — o prueba poniendo un pedacito de papa, si el aceite burbujea alrededor, está listo. 
- Mientras el aceite se calienta, llena un recipiente grande con agua con hielos. Cubre una rejilla con servilletas de papel y ponla encima de una charola. Corta las papas en palitos de 1/2 cm de ancho. Mételos en el agua helada en cuanto los cortes y revuelve de vez en cuando para que no se peguen. 
- Saca como un cuarto de las papas del agua. Sécalas con toallas limpias de cocina o servilletas de papel. Cuando estén secas, mételas al aceite con cuidado y fríelas de 2 a 3 minutos, revolviendo con pinzas o un cucharón con ranuras para que no se peguen. Las papas deben de empezar a verse cremosas y de color mate. Si se empiezan a poner cafés, sácalas del aceite. Pasa las papas a la rejilla encima de la charola para hornear y repite el proceso con el resto de las papas. 
- Cuando acabes con todas las papas, sube la temperatura del aceite a 190°C o sube el fuego a medio-alto. 
- Mientras se calienta el aceite, tritura los chiles chiltepín y revuélvelos con la sal, la ralladura de limón, pimienta negra recién molida al gusto y el queso Cotija. Aparta. 
- Cuando el aceite esté listo, regresa las papas al aceite en 4 partes. Cocina cada parte de 3 a 4 minutos, o hasta que las papas estén doradas. Pasa las papas nuevamente a la rejilla. 
- Si no vas a servir las papas de inmediato, mantenlas calientes en el horno a 120°C. Justo antes de servirlas, revuelve las papas con la mezcla de queso hasta que estén bien cubiertas. Sírvelas con salsa tártara de habanero y/o cátsup.