- Precalienta el horno a 180° C. Pon la rejilla del horno en medio. 
- Calienta el azúcar en una olla mediana a fuego medio-alto. Gira la olla algunas veces, pero no revuelvas el azúcar. Cocina de 5 a 7 minutos, hasta que el azúcar se derrita y se haga caramelo. Divide y vierte el caramelo en 8 moldes individuales para flan. Deja que el caramelo se enfríe un poco mientras haces la mezcla del flan. 
- Pon en la licuadora la leche condensada y la evaporada, los huevos, la vainilla y el queso crema. Licua hasta obtener una mezcla tersa. Divide y vierte la mezcla en los moldes con el caramelo. 
- Pon los moldes para flan en un refractario para hornear. Vierte agua hirviendo alrededor de los moldes (no adentro) hasta llenar el refractario a la mitad. Cubre todo el refractario con papel aluminio y con cuidado y muy despacio ponlo en el horno, cuidando de no mover mucho el agua. Hornea los flanes de 45 a 50 minutos, o hasta que cuajen. 
- Saca con mucho cuidado el refractario del horno para no tirar el agua. Ten cuidado también al quitar el papel aluminio ya que saldrá vapor caliente. Usa unas pinzas o guantes para el horno para sacar los moldes del refractario (estarán calientes), y deja que se enfríen a temperatura ambiente. Luego, mételos al refrigerador para enfriarlos durante al menos 2 horas. Duran refrigerados hasta 1 semana. 
- Cuando se hayan enfriado los flanes, pasa un cuchillo mojado alrededor el molde para aflojar el flan. Voltea el molde a un plato y deja que salga el flan con el caramelo. Repite con el resto de los moldes y sirve los flanes fríos.