Pon la harina, la sal, el azúcar y la mantequilla en una procesadora. Pulsa un par de veces, hasta que la mezcla parezca una harina rústica. Añade el agua y procesa algunas veces más. La masa debe quedar más húmeda. Apaga la procesadora y forma una bola con la masa. Espolvorea harina en la superficie donde vas a trabajar, y amasa la mezcla 3 o 4 veces hasta que se mezcle bien. Forma un disco con la masa, envuélvela en papel plástico y refrigérala durante una hora, hasta que esté firme.