Pon los chiles en una charola sobre el asador, directamente en una parrilla o sobre la hornilla de la estufa. Yo prefiero ponerlos en el asador, pero sin importar el método que escojas, voltea los chiles cada 2 ó 3 minutos hasta que los ases de 6 a 9 minutos. Deben verse quemados por fuera, mientras que por dentro deben estar cocidos sin haberse quemado. Ponlos inmediatamente en una bolsa de plástico, ciérrala bien y deja sudar los chiles de 10 a 20 minutos. Por último, saca los chiles de la bolsa y bajo el chorro de agua fría, quítales la piel quemada, que debe desprenderse fácilmente. Haz un corte lateral a cada chile y retira las semillas y las venas. Una vez que todos los chiles estén limpios, sécalos con una toalla o servilleta de cocina.