- Pon a hervir agua en una olla grande y cuece la pasta hasta que esté al dente, de 8 a 10 minutos. Escúrrela. 
- Precalienta el horno a 200°C. Engrasa un refractario grande. 
- Licúa los chiles poblanos y la leche hasta que la mezcla esté lisa. Cuela en un recipiente, presionando con la parte de atrás de una cuchara de madera para exprimir la mayor cantidad de líquido posible. 
- En un sartén mediano, calienta la mantequilla a fuego medio. Una vez que se derrita y empiece a burbujear, añade la harina. Cocina por unos 2 minutos, revolviendo continuamente para hacer un roux o pasta hasta que obtengas el color deseado (a mí me gusta que tenga un color café claro y aroma tostado). Vierte la mezcla de chile poblano al roux, revolviendo mientras lo haces. Añade la sal y pimienta y cocina de 10 a 12 minutos, hasta que la salsa se espese, revolviendo ocasionalmente. Si la salsa se pone grumosa, la puedes alisar batiéndola con un globo para batir. Añade las 3 tazas de queso machego rallado y 1 taza de parmesano, mezcla bien y retira del fuego. Revuelve bien hasta incorporar todo.  
- Calienta el aceite de oliva en un sartén grande a fuego medio. Añade la cebolla y acitrónala de 6 a 8 minutos. Añade el elote y cocina durante un par de minutos más. Añade la calabacita, 1/4 de cucharada de sal y aparta. La calabacita se acabará de cocinar en el horno.  
- En la olla que ya usaste, añade la pasta, la salsa de poblano y las verduras y revuelve con cuidado. Si usas el tocino, añádelo ahora. Vierte toda la mezcla en el refractario ya engrasado y pon encima el resto de los quesos rallados. Hornea de 25 a 30 minutos, hasta que los quesos se hayan derretido y dorado en las orillas. Sirve caliente.