- Calienta el azúcar en un sartén mediano a fuego medio-bajo, revolviendo de vez en cuando con una cuchara de madera de 6 a 8 minutos, o hasta que esté totalmente disuelta y de color caramelo. Viértela rápidamente en los moldes individuales, inclinando los moldes para cubrir bien el fondo de cada uno con el caramelo. 
- Precalienta el horno a 175°C. En la jarra de la licuadora o en un recipiente, combina la leche evaporada, la leche condensada, los huevos, el jugo de naranja, la ralladura de naranja y la vainilla. Vierte la mezcla en los moldes individuales y prepara el baño María: pon los moldes para flan en un refractario para hornear grande y vierte agua caliente alrededor de los moldes hasta que el agua tenga 2.5 cm de altura. Tapa el refractario con papel aluminio.  
- Hornea los flanes durante 50 minutos. Saca el refractario del horno, quítale el papel aluminio y deja que los moldes se enfríen. Saca los moldes del baño María con cuidado. Deja que los flanes se enfríen completamente, tápalos con plástico y refrigéralos por lo menos durante 2 horas antes de servirlos.  
- Cuando los vayas a servir, pasa un cuchillo pequeño alrededor de cada molde. Voltea cada uno sobre un plato para postre y agítalo suavemente para que salga el flan. Deja los moldes sobre los flanes durante 1 minuto aproximadamente para dejar que escurra todo el caramelo encima de los flanes. Puedes servirlos acompañados de gajos de naranja.