Con la batidora, bate la mantequilla con el azúcar moreno o mascabado y 1/4 de taza del azúcar granulado a velocidad media hasta que estén suaves. Añade la vainilla y el huevo, baja la velocidad y agrega la cocoa en polvo. Raspa los lados del recipiente para incorporar todo, añade la sal y el azúcar y sigue batiendo hasta combinar todo. La masa debe estar suave y un poco pastosa. Haz una bola, envuelve en plástico y refrigérala de 20 a 30 minutos.
Precalienta el horno a 175 C. Forra dos charolas para hornear con papel encerado y pon las rejillas del horno en la parte más baja y alta del horno.
Enharina el rodillo y la superficie donde vas a trabajar. Extiende la masa en un rectángulo con 1/3 de cm de grosor. Corta en rectángulos de 5 x 4 cm. Con una espátula de metal, pon los rectángulos en las charolas para hornear. Con la punta de un lápiz o un palillo, haz una “T” con 3 o 4 puntos a lo largo y 1 o 2 en cada lado del primer punto. Espolvoréalas con 2 cucharadas de azúcar. Puedes usar los restos de masa y extenderla para hacer más galletas.
Hornea de 7 a 8 minutos hasta que estén firmes. Retira del horno y deja enfriar.