- Precalienta una olla grande y gruesa a fuego medio-alto. Cuando esté caliente, agrega la carne, espolvorea 1 cucharadita de sal encima y cocina durante 15 minutos, revolviendo a carne mientras se dora. Reduce el fuego a medio, vierte 5 tazas de agua, tapa la olla y cocina durante una hora y media más. 
- Mientras, pon a hervir los chiles guajillos, las hojas de laurel y el ajo en una olla mediana. Cubre los ingredientes con suficiente agua y hierve a fuego medio de 10 a 12 minutos, hasta que los chiles se rehidraten por completo. 
- En la jarra de la licuadora, pon los guajillos rehidratados, el ajo, las hojas de laurel, 1 taza del agua de cocción, el orégano, las semillas de cilantro, 1/2 cucharadita de sal, la pimienta negra, el comino y el vinagre. Licua todo hasta tener un puré muy terso. 
- Vierte el puré encima de la carne, revuelve bien y cocina, con la olla parcialmente tapada, de 10 a 15 minutos más. Revuelve con fuerza, pero sólo unas veces. Al final, la carne debe quedar tan suave que se deshace, casi como carne deshebrada. Apaga el fuego. 
- Ésta es la base preparada de chilorio. Puedes dejar que se enfríe y pasarlo a un colador para que escurra la grasa, que puedes guardar para usarla después. Puedes refrigerar el chilorio y la grasa hasta que los vayas a usar. 
- Si ya lo vas a servir, calienta una cacerola a fuego medio, agrega una o dos cucharadas de la grasa que guardaste del chilorio. Cuando esté caliente, añade la cebolla, los chiles Anaheim, los jitomates y revuelve. Cocina de 8 a 9 minutos hasta que los ingredientes se suavicen. Agrega el chilorio, revuelve bien y cocina por 10 minutos más. 
- Sirve el chilorio con tortillas de harina o de maíz, o úsalo como relleno para cualquier otro tipo de platillo como pasta, lasaña, tortas, sándwiches o burritos.