Bate ligeramente las yemas con 1/3 taza de azúcar y 1 cucharadita de harina de trigo.
Calienta en otra olla la leche y la vaina de vainilla (tip: corta uno de los lados de la vaina y echa las semillas a la leche), hasta que esté muy caliente, pero no hirviendo. Lentamente y con cuidado, con un chorro muy delgado, añade la leche caliente a la mezcla de yemas, emulsificando con un globo hasta incorporar todo. Calienta a fuego lento y revuelve hasta que casi comience a hervir. Apaga el fuego y continúa revolviendo por un minuto. Una vez fría, se puede refrigerar hasta por un mes.
Una vez que los moldes estén a temperatura ambiente, pasa un cuchillo por las orillas y desenmolda sobre un plato. Vierte el caramelo de hasta abajo sobre las islas. Añade un par de cucharadas de la salsa de vainilla. Puedes adornar con fresas o la fruta que quieras.
Las islas se pueden refrigerar en sus moldes, tapados, hasta por 4 días.