Cuando pienso en mi mamá, pienso en su sopa de habas, así de fuerte ha sido el impacto que la sopa tuvo sobre mí. No todos son fans de ellas, en parte porque no son muy conocidas.

Como tienen varias presentaciones, confunden a muchos: frescas en la vaina, frescas sin vaina, secas con cáscara, secas y peladas. También se cocinan de diferentes formas y por último, las habas tienen un sabor fuerte que puede ser abrumador y que no a todos les gusta.

Ahora, si saben el tipo de haba que necesitan para un platillo, la receta correcta y que su sabor abrumador se puede contener, la confusión desaparece y se convierten en lo que son realmente: sustanciosas, ricas, saludables e intensas.

Las habas se pueden encontrar todo el año y que duran casi infinitamente en la alacena. Las frescas se encuentran durante la primavera y el verano.

Pueden encontrarlas con cáscara, como las de la foto de arriba. Se ven lindas, pero hay que remojarlas, cocinarlas y pelarlas. Como dice mi mamá: “Ay no Pati, eso de pelar una por una es una monserga”. No está mal si quieres una terapia relajante que te lleve horas. Si no, busca las habas secas y peladas, como las de la foto abajo. No se ven tan lindas, pero tienen más personalidad.

Para cocinarlas: remoja las habas en agua fría desde 2 hasta 12 horas. Si se te olvida remojarlas, no pasa nada, sólo se tardarán más en cocerse.

Luego, escúrrelas y ponlas en una olla con caldo de pollo. Hierve las habas con la olla parcialmente tapada, de 50 a 55 minutos. Estarán suaves, cocidas y casi deshaciéndose, justo lo que queremos.

¿Ven el caldo? Es espeso y color paja. Ya se ve reconfortante.

Mi mamá prepara una sopa de habas más bien rústica, por lo que pica los jitomates, la cebolla y el ajo, los cocina con un poco de aceite durante 5 minutos y los añade a las habas cocidas con su caldo.

Yo prefiero una versión más suave, ya que así:
a) Se les olvida a mis hijos que son habas.
b) Se ve más elegante cuando la sirvo a mis invitados.
c) Con este frío, se me antoja más así.
d) Me gustan las cosas cremosas, por lo que me doy vuelo.

Licúo las habas con el caldo cuando ya están listas.

Después, licúo los jitomates, la cebolla y el ajo.

Cocino el puré a fuego medio-alto de 5 a 6 minutos, hasta que espese más y agarre un color más oscuro y así los ingredientes también se habrán sazonado y ya no tendrán un sabor crudo.

Vierte las habas y el caldo de pollo encima del puré sazonado. Añade sal, pimienta, una pizca de comino y cocina todo durante unos 10 minutos más.

Mientras, rebana unos bolillos, teleras o baguettes.

Úntales un poco de aceite de oliva por ambos lados si quieres y tuéstalos.

Cuando la sopa se haya sazonado y espesado, ya la puedes servir.

Pon una rebana de pan tostado encima.

También le puedes poner tiritas doradas de chile pasilla para darle un toque crujiente y lleno de sabor.

Y listo.

Comienza por mojar la rebanada de pan tostado en la sopa.

Si este blog tuviera sonido, habrías oído cómo parto el pan en medio de esa sopa deliciosa de haba.

Es espectacular. ¿Qué esperas?