leche condensada

Leche Condensada

Cuando era niña en México, siembre había una lata de leche condensada La Lechera en la alacena. Es un ingrediente que fue parte de mi niñez y me recuerda a mi hogar de infancia.

La usábamos durante el desayuno, el postre, para malteadas, licuados, botanas y encima de fruta fresca o untado en galletas María. Lo poníamos encima de plátanos macho y camotes asados (era lo único que necesitaban para que supieran exquisitos, en mi opinión), y son de los recuerdos más dulces que tengo. Era parte de nuestra vida diaria.

Mi mamá trabajaba de tiempo completo durante la semana; sin embargo, siempre teníamos preparado un flan, pastel o gelatina. Todos los días.

Todos estos años después, me siento muy afortunada de tenerla aquí en los Estados Unidos. Me encanta hacerles esos postres tradicionales a mis hijos, los mismos que me hacían de niña. Además, nos divertimos mucho creando nuevas versiones o adaptaciones de esos postres.

Aunque la cocina queda más tirada cuando me ayudan los niños, lo pasamos tan bien juntos que realmente no me importa. Les gusta mucho ayudar y tengo que reconocer que tienen ideas excelentes. Juju y yo estamos experimentando ahorita con una versión de pay de limón con merengue encima. Los mantendré informados.

No debe sorprendernos que sea un ingrediente tan versátil, ya que se hace con leche entera de vaca. Se le quita el agua, se condensa, y se le añade azúcar. Originalmente era una forma de preservar la leche para poder llevarla a más gente sin que se echara a perder. Definitivamente es muy útil tenerla a la mano en la alacena.

Ahorita, estoy sentada en mi escritorio y escribo mi blog y edito recetas. Como todas las mañanas, tengo una taza de café fuerte endulzado con un chorrito de leche condensada, y puedo decir que es un dulce hábito.

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