Para este post, he invitado a Cristina Potters para que nos comparta una de sus recetas favoritas. Cristina es la autora de Mexico Cooks!, un sitio web culinario y cultural mexicano. También es conocida por organizar unos tours extraordinarios.
Originaria de Chicago, llegó a Tijuana, México en 1981 como trabajadora social y 30 años después, vive en Morelia, Michoacán. Aprendió a preparar de las mayoras (quienes cocinan en los hogares michoacanos).
Sin más, les presento a Cristina.
Quiero ofrecerles mis recetas personales para hacer frijoles refritos y de la olla. La siguiente receta para los frijoles refritos es sencilla y deliciosa, aún para los que no quieren probarlos.
En el centro del país, los frijoles más usados son los peruanos, frijoles ovalados y amarillos que cocidos agarran un color beige pálido y una consistencia cremosa. A mí me prepar los frijoles de la olla, servidos con una cucharada de salsa fresca (jitomate, cebolla, serrano y cilantro picados y sal). A menudo preparo arroz blanco, lo pongo en un plato y le echo encima estos frijoles, salsa fresca y queso cotija desmoronado, con lo que tengo una comida completa.
Para desayunar, preparo frecuentemente frijoles refritos. Los sirvo con huevos revueltos, rebanadas de aguacate mexicano y tortillas de maíz calientes, una excelente forma de empezar el día.
Un dato curioso: los frijoles refritos no son frijoles vueltos a freír. El español mexicano usa el prefijo “re” para describir algo excepcional. “Rebueno” significa muy, muy bueno. “Refrito” significa entonces, muy frito.
Es muy fácil preparar los frijoles de la olla y su sabor fresco es mil veces mejor que los enlatados. Yo preparo medio kilo de frijoles secos a la vez. Después de cocerlos, sirvo frijoles de la olla, preparo unos refritos y congelo el resto en bolsas de plástico, ya que se congelan muy bien.
Para preparar los frijoles de la olla, el método tradicional que yo uso no lleva ni cebolla, ni ajo ni sal. Nada más que agua y frijoles secos. Primero, limpia bien los frijoles y saca cualquier piedrita que encuentres. Luego, ponlos en un colador y enjuágalos bajo el chorro de agua. ¿Se remojan o no? He probado remojarlos y no remojarlos y el tiempo de cocción es el mismo y yo no remojo. Mi olla de barro tiene lugar para medio kilo de frijoles más el agua suficiente para ponerlos a cocer. Si no tienes olla de barro, una olla gruesa para sopa funciona igual. Pon los frijoles en la olla y luego pon de 6 a 8 tazas de agua fría.
Pon los frijoles a fuego alto. Una vez que suelten el hervor, baja el fuego a medio y tapa la olla. Cocina los frijoles por una hora y checa el nivel de agua. Si necesitas agregar más agua que esté hirviendo, ya que si les pones agua fría, los frijoles se pueden poner duros. Cocínalos hasta que pruebes uno y esté suave y cremoso. El caldo se espesará ligeramente.
Frijoles de la olla ya cocidos encima de los chiles dorados, listos para hacer frijoles refritos.
Este es el momento de ponerles sal, después de cocerlos pero mientras siguen calientes. Yo uso Espuma del Mar (sal de mar mexicana del Estado de Colima), por su sabor dulce y salado a la vez, pero cualquiera sirve. Añade un poco menos de la que piensas, ya que siempre puedes agregar más después, para no salarlos.
Si vives en los Estados o Canadá, puedes pedir los frijoles secos estupendos que vende Rancho Gordo. Su dueño, mi amigo Steve Sando, vende frijoles tanto a restaurantes como a particualres. Si has probado frijoles normales y no te gustan, saben delicioso, prueba los de Rancho Gordo y te sorprenderás gratamente.
Frijoles refritos listos para comer
Ingredientes
- 3 tazas de frijoles peruanos de la olla
- 1 o 2 chiles serranos, al gusto
- 1 o 2 cucharadas de manteca o aceite vegetal, que no sea de oliva
- Caldo de los frijoles
- Sal al gusto
Para preparar
- Derrite la manteca en un sartén de 20 cm de diámetro. Parte los chiles desde la punta hasta casi el tallo y añádelos a la manteca. Dóralos a fuego medio hasta que el chile tenga color café oscuro, casi negro. Deja que la manteca o el aceite se enfríen un poco antes de seguir.
- Ahora añade los frijoles y un poco de caldo. Cuando los frijoles empiecen a hervir, machácalos junto con el chile hasta que tengan una consistencia tersa. Añada más caldo si es necesario hasta que los frijoles tengan la consistencia que deseas. Añade sal al gusto, revuelve y sirve.
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